Uno de los peores hábitos alimenticios es el consumo de alimentos ya preparados o precocinados.
Entre los muchos aditivos químicos en nuestros alimentos se encuentra el glutamato monosódico (GMS). El glutamato monosódico es un aminoácido indispensable para el organismo, que interviene en diferentes funciones neuroendocrinas; una de ellas, regular las sensaciones de apetito y saciedad.
El glutamato monosódico, según pruebas en animales, puede llegar a producir un apetito voraz (en concreto un 40 % superior) y ello conlleva que cuando comemos alimentos que lo contienen (aperitivos, salchichas, patatas fritas, snacks, etc.) tengamos la sensación de no poder parar. Este aspecto puede favorecer la obesidad ya que además hablamos de alimentos ricos en grasas y calorías, según los estudios realizados en la Universidad Complutense de Madrid.
Aunque varios organismos oficiales han declarado al GMS o E-621 como inocuo, el aumento de la voracidad que provoca está también relacionado con el incremento de obesidad en la población.
One of the worst eating habits is the consumption of precooked food.
Among the many chemical additives in our food, we can find the monosodium glutamate (MSG). Monosodium Glutamate is an essential aminoacid for the organism, which is involved in different neuroendocrine functions; one of it is to regulate appetite and satiety sensations.
MSG, according to animal tests, can produce a voracious appetite sensation (particularly 40% higher) and this implies that when we eat foods that contain it (snacks, sausages, chips, snacks, etc.) we have the feeling of failing to stop. This aspect may promote obesity as we talk about high in fat foods and calories, according to research conducted at the Complutense University of Madrid.
Although several government agencies have declared the GMS or E-621 as safe, increasing the greed that causes is also related to the increase in obesity in the population.
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